Título: San Martín y Alvear. Política, guerra y revolución.
1810-1814
Género: Historia.
Formato: 23x16 / 290 pág.
ISBN: 978-987-1818-32-7
Edición: Junio 2012
Observaciones:
La Revolución de 1812 es, sin duda, uno de los acontecimientos más
controvertidos de nuestra historia. Siempre ha sido tratado bajo una evidente
tensión historiográfica. Muchos historiadores han optado por negarse a
definirlo como lo que fue, o bien a referirse a él con eufemismos. En cambio
Gerardo M. Martí lo analiza sin prejuicios, desmenuza la revolución y la
actuación de sus protagonistas: San Martín, Alvear, Zapiola y Monteagudo para
citar los principales.
El autor dice algo interesante al respecto: “Es indudable que fue San
Martín el responsable de la revolución… [y] su programa político… de la misma
forma que aceptó convalidar su apoyo a Alvear, quien contaba con, apenas, 23
años recién cumplidos al producirse la misma… siempre se sabe que en las empresas
políticas de esta índole es decir en los ‘golpes de estado’, existen quienes
dirigen ‘entre bastidores’…” ¿Por qué dudar entonces que San Martín ha sido
quien pensó esta trama si todos los elementos llevan hacia su figura e
intereses?
La relación entre ambos jefes, el sólido militar José de San Martín y
el joven líder Carlos de Alvear, los muestra juntos al ejecutarse esta
operación. El autor sigue la actuación posterior de ambos hasta la definitiva
la bifurcación de sus caminos. […]
San Martín y Alvear. Política, Guerra y
Revolución 1810-1814, es una obra que posee además un importante apéndice documental, en el
que se incluyen textos relevantes cuya importancia no pasará desapercibida
tanto al estudioso como al aficionado a la historia, así también cuenta con una
vasta bibliografía de referencia sobre el trabajo historiográfico logrado hasta
el presente.
[LAG en
contratapa]
2.2. El descontento de San Martín y Alvear con el
gobierno
Posiblemente las primeras causas del
descontento de San Martín y su seguidor Alvear, fueron provocados por los
abusos gubernamentales en que había incurrido una y otra vez Bernardino
Rivadavia, quien era un político de segunda línea en el movimiento
revolucionario llegado de la mano del movimiento anti-saavedrista al Primer
Triunvirato en el mes de setiembre de 1811, y que como Manuel de Sarratea, son
figuras emergentes de la revolución de mayo, políticos más que militares, y por
esta razón estaban lejos de entender los conceptos y la estrategia de la
guerra.
Rivadavia, sin embargo, ya había participado
en las actividades revolucionarias en el grupo de Pueyrredón durante los
acontecimientos de mayo, y se había convertido por la fuerza de las
circunstancias en un hombre de gobierno, laborioso y emprendedor, pero más
preocupado por dar un ordenamiento ejecutivo y administrativo, que de lograr un
buen resultado en la cruenta guerra con los sectores realistas que aún
acechaban la periferia de las Provincias Unidas. Quizás resulta insoslayable
para San Martín y Alvear que los manejos del Triunviro, habían sido excesivos
en el momento de reunir una Asamblea cuyo resultado fue la disolución,
simplemente porque no había representación de los intereses de Buenos Aires.
Canter es más concluyente en este sentido al señalar: “Como traen un programa
de acción a desarrollar, observan el orden de cosas habido y sobre todo la
situación militar, dedicándose entonces no sólo a su regimiento de Granaderos
que será una verdadera escuela de caballería, sino también a la organización de
la Logia, que el reclamo insistente de la hora imponía para encauzar la
revolución”.
[…]