Autor: Mirta Serrano
Título: Pechegue y Chicho –Garabatos infantiles–
Género: Literario. Cuentos infantiles.
Formato: 23x16 / 52 pág.
Edición: Marzo 2012
Observaciones:
Había una vez un
hada madrina que se llamaba Pechegue.
Ella deseaba que
llegara a su vida un mago, y lo llamó Chicho...
Pronunciar las
palabras mágicas de aquel cuento infantil, me remonta a mi infancia. En aquel
garaje convertido en patio y utilizado como lugar de juegos, en mi casa natal.
Un bendito sitio donde mi madre, narraba las primeras y bellas lecturas de los
libros.
La «Enciclopedia
de los pequeños» fue el inicio de los misterios infantiles para mí. Allí, hadas
y princesas, asomaban ante mi mirada curiosa y fascinada. En castillos de
papel, los príncipes conquistaban mi alma, en corceles raudos. Y los animales,
tomaban vida propia en su mundo, surgiendo sus ecos y sus consejos, donde todo
finalizaba bien y en su justa medida...
Hoy, tomo de mi
ayer, retazos de garabatos para mis niños, un cuento. Cuyas insfancias también
estuvieron plagadas de relatos y personajes soñados. Secretos y amores
encerrados en mágicos cofres.
[Mirta Serrano en
el prólogo]
[…]
—¿Pero que son los libros? –dice Apolo.
—Sí, eso. ¿Qué es un libro? –se suma
Majo confundido.
—Claro, ¡vos porque fuiste a Jardín de
infantes! –concluyen a dúo sus amigos.
—No, todavía no fui, pero mi mamá me
enseñó que un libro te enseña muchas cosas –dice Cándido–. Vengan que les
muestro.
Y ahí fueron los tres gatitos, que
entraron por una ventana a un salón lleno de libros de muchos colores. Algunos
con dibujos, otros con palabras complicadas.
—¡Qué lindo, Cándido! –dicen los
gatitos.
—¿Les gusta? –pregunta curioso.
—Sí, pero algunas letras no las entiendo
–responde Apolo.
—Vení, yo te enseño.
Al cabo de un tiempo, durante las
noches, los gatitos se sentaban a la luz de la luna en la galería, a averiguar
historias en libros antiguos que tantos secretos atesoran.
Una noche que llovió, descansaron en la
galería desde donde se veía el pasto mojado. Las ranas y ratones estaban
cansados de jugar solos. Se aburrían.
La noticia corrió por la zona. Había un gato culto.
Llegaron grupos gatunos desde muy lejos y pidieron una asamblea. Cándido abrió
una escuela nocturna. Apolo tomaba lista y Majo prestaba los libros.