Título: Viento Norte. Primera antología del grupo
literario de la Biblioteca Popular Del Labrador
Género: Literario. Cuentos.
Formato: 21x15 / 108 pág.
ISBN: 978-987-1818-20-4
Edición: Diciembre 2011
Observaciones: Viento
Norte
es el nombre del conjunto de estas cinco personas que compartieron un taller de
literatura argentina coordinado por Néstor Gutiérrez y su mejor buena voluntad.
De allí nace la idea de unir sus producciones literarias de este grupo
heterogéneo y creativo, donde se respetan las ideologías, creencias y estilos
de cada uno, pudiendo llevar así una convivencia literaria, como marcan las
pautas civilizadas.
En esta antología se combinan distintas temáticas, distintos
pensamientos y diversos puntos de vista. Se puede encontrar:
La
exquisitez literaria de Néstor Gutiérrez.
La
fina ironía de Liliana Blasco.
La
profundidad psicológica de Hilga Giraudo.
El toque nostálgico en las añoranzas de Cristina Nasute.
La
serenidad y ternura de Adela Pucill.
Entre todos producen una amalgama que dejará
satisfecho a cualquier lector.
[Néstor Gutiérrez
en contratapa]
La ciudad vacía
La ciudad del verano, se vacía en invierno.
Si tuviera que pensarla en una imagen, sería una
ciudad que se ha encogido.
Durante el invierno, no importa verdaderamente que
el sol salga y se ponga en el mar, pero cuando levanto la vista hacia la
ventana que quedó abierta veo los pinos moverse acompasadamente, así como se
mueven los bailarines del tango que pareciera que van lustrando el piso en su
balanceo.
Una penumbra morada comienza a invadir las cosas,
cuando enciendo la luz y a lo lejos diviso cada tanto, lucecitas verdosas de
quienes todavía están pescando y buscan la noche, porque saben que hay más
pesca.
Nubes con las nubes que se fueron y la leyenda
repetida de volver a poner el reloj en hora con el silbato del tren. Se huele a
pueblo, se huele a mar, a verdad, a verdad.
Lejos del mundo competitivo, en
esta ciudad ya vacía nos sacamos nuestras máscaras, nuestras armaduras, nuestro
orgullo, nuestras falsas ambiciones y volvemos a ser lo que éramos, el mundo
simple.
Los extraños se van y nos dejan solos otra vez. No
se estableció ningún lazo. No nos involucramos.
A nosotros nos queda toda la belleza de la tierra,
el mar y el aire. Un mar en calma, sin viento.
Cuando los ruidos se apagan, es cuando debemos
aprender a estar solos, como islas en un mar común con un círculo de olas a su
alrededor.
Cristina Nasute